El 11 de noviembre, Día del Armisticio de la Primera Guerra Mundial, en Serbia se conmemora en memoria al día en que fue firmado el documento de armisticio en 1918, con el cual fue marcado el fin de ese conflicto mundial que cobró millones de vidas humanas. Así, cada 11 de noviembre, con piedad y orgullo, Serbia recuerda a sus héroes antepasados, que dieron sus vidas por la defensa y liberación de su patria.

El Reino de Serbia luchó contra Austro-Hungría y otros países del Eje Central a partir del 28 de julio de 1914, cuando el Gobierno Austro-húngaro le declaró la guerra, hasta la capitulación de Austro-Hungría el 3 de noviembre de 1918. Serbia venció las batallas contra el Ejercito balcánico de Austro-Hungría en el primer año de la guerra de 1914, pero luego después tuvo que enfrentar la poderosa Triple Invasión. El ejercito serbio no quiso rendirse y decidió retroceder, a través de Albania, hasta la isla griega de Corfú, en donde aprovecho ese momento para descansar, armarse y reorganizarse. Desde Corfú, en 1916, el ejercito Serbio fue trasladado hasta el Frente de Salónica en donde, luego en el año de 1916, consiguió realizar varias victorias militares. Finalmente, el Frente de Salónica fue vencido en septiembre de 1918, bajo las ordenes del voivoda serbio Zivojin Misic, que gritó a sus soldados lo siguiente: "Con la fe y esperanza invencible, mis héroes, avancen por su patria!“. Con la victoria en el Frente de Salónica, el ejercito Serbio escribió una de las paginas mas ilustres de toda su historia.

Serbia pago carísimo su victoria en la Primera Guerra Mundial. Durante el conflicto, según las estimaciones históricas, perdió entre 1.100.000 y 1.300.000 de sus ciudadanos, lo que representaba en ese momento aproximadamente el 30% de toda su población y 60% de la población masculina.

El heroísmo del ejercito serbio, pequeño calculando el numero de sus soldados, pero grande por su valentía, describen en la mejor manera las palabras de Robert Lansing, entonces el canciller de los Estados Unidos Americanos, que declaro lo siguiente: "Cuando se escriba la historia de esta guerra, su capitulo mas sublime portará el nombre de SERBIA".

Como el símbolo del 11 de noviembre, en Serbia se ostenta la flor de ramonda nataliae, una flor endémica que crece en la Serbia Oriental. Es conocida como la flor fénix porque, cuando se seca, es capaz de renacer y florecer de nuevo poniéndole agua. Por eso, ramonda nataliae es el símbolo de la resurrección del estado serbio de las cenizas de la Primera Guerra Mundial.